sábado, 7 de abril de 2012

Lo que le pasó al conejo de Pascuas

          Aquel viernes estuvo nuestro querido conejo corriendo entre la gente que seguía a Jesús por el camino al Calvario. Vio a la Verónica alcanzarle un paño para secar su rostro, vio a muchos soldados romanos apurando a Jesús por ese camino pedregoso y empinado. También se quedó observando cómo San Juan, el discípulo amado, como Jesús lo llamaba, acompañaba a la Virgen María y la consolaba a pocos metros de su hijo.
              Cuando Jesús cayó una vez más, le pidieron a el Cireneo que llevara la cruz un tiempo, ésto alivió a nuestro amigo el conejo que estaba de lo más preocupado en esas Pascuas por el pobre Jesús, que llevaba por todos nosotros tan pesada cruz para salvarnos y abrirnos las puertas del cielo. 
                El conejo estuvo tan atento a todo que se quedó acompañando hasta el sepulcro a los amigos de Jesús, después de su muerte aquella tarde y allí conoció a María Magdalena, a José  de Arimatea y otros más. Vio como envolvían en un sudario el Santo cuerpo de Jesús, vio también derramar sobre él, el Hijo de Dios hecho hombre, muchas lágrimas y aceites perfumados. 
            El conejo Pascual sabía que habían matado al mismo Dios, por eso decidió permanecer con Él en el sepulcro a pesar de que sus hermanos conejos le habían advertido del peligro de quedar encerrado allí para siempre.
         El conejo Pascual estaba seguro de que Jesús resucitaría por eso lo acompañó cuando la piedra se cerró. El domingo temprano fue el único testigo del milagro, y tan feliz se puso que cuando Jesús movió la roca que obstruía la entrada del sepulcro, corrió convertido en chocolate a contarle a sus parientes que Jesús había resucitado!!




Besos y felices Pascuas!!Paz