El caballo de San Martín
Dibujo hecho por Manuel Morosini
Esto sucedió hace
mucho tiempo, en 1816, creo que el mejor año de mi vida…
Estuve un tiempo en
“El Plumerillo”, donde me preparaban, me daban la mejor comida: alfalfa fresca
y agua transparente, me ejercitaban, hacían pruebas, muchas cosas porque
necesitaban todo de mi esfuerzo,
responsabilidad y alegría.
Así fue como un día
lo conocí a él, el más grande de la patria era firme y cariñoso, yo tenía que
protegerlo en batalla.
Lo acompañé por
un camino difícil, con el clima frío en las noches y muy caluroso de día,
estaba mareado por las alturas de esas hermosas montañas por donde íbamos al trote o al paso, con herrajes bien puestos.
Las mulas parecía que no lo
sentían tanto, y eso que llevaban carga, pero a nosotros, caballos de batalla, se nos notaba más, los granaderos,
infantes y artilleros también sufrían con las alturas pero soportaban el esfuerzo con heroísmo. Mi jefe, tenía fe y esperanza y nada lo
podía derribar qué orgullo ser el elegido para librar su patria, yo siempre a su lado en combate…
Llegamos a destino en febrero de 1817 y en Chacabuco logramos ganar la gran batalla. Fue un honor y una gran
felicidad.
Hoy estoy junto a
él en muchas partes del país en monumentos, calles, plazas y colegios.
Esta es mi historia, se las quiero compartir,
soy Bayo el caballo de San Martín.
Manuel Morosini
5° “A” Colegio Jesús María
30/8/2012
Genial el escrito y el dibujo!!Felicitaciones Manuel!!!
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