Como les dije la parte pasada, los cuatro caballeros de bronce juraron salvar a Atenea sin importar su vida. Cuando Seiya dijo que la protegerían, Shiru pensó “si Seiya dice la verdad, entonces nada nos puede salir mal”. Pero se le cortó el sueño cuando Shon dijo
:-Pero si no sabemos casi nada de pelea. Tal vez, los caballeros de oro están en contra nuestra.
--Pfff..., si claro. Vos lo decís porque no tenés un maestro que te enseñe. A mí me conocen- le dijo Hyoga
.-No. Para. Tiene razón. Tenemos que conseguir un instructor, alguien que nos enseñe más de lo que sabemos- intervino Shiru intentando parar algo parecido a una pelea difícil de terminar
.-¿Pero en dónde vamos a sacar algún caballero que nos enseñe? Nadie va a querer enseñar como pelear a unos caballeros de bronce- dijo Seiya
En medio de todo ese nudo de discusiones, se escuchan pasos de alguien acercándose a ellos. No se dieron cuenta de estaban al pie de la entrada a los 12 templos. Alcanzaron a ver una extraña silueta justo en frente de ellos. Cuando pudieron ver quien era, lanzaron un grito tremendo.
-¡¡¡¡¡MU DE ARIES!!!!!- Pasando la entrada de los templos, se ve la figura de un caballero de oro, pelo largo y rosado, ojos chicos y celestes y tenía un casco en su mano. Su rostro sombrío indicaba peligro. Pero no tenían de que temer. Mu los vio y los recibió con un cálido saludo.-¿Por qué en sus rostros se ve el miedo? No tienen por que temer. Sé por qué están aquí. Pero no los puedo dejar pasar
--¿Qué? ¿Por qué no?- dijo Hyoga furioso
-Lo escuché todo. Necesitan un maestro que los entrene y aquí me tienen. Es más, este templo es bueno para tutoriales con estos casos- dijo Mu Shon, con su aspecto de joven fiel, inocente y débil, preguntó:-¿Están los caballeros de oro contra nosotros?- Al principio, Mu quedó un poco pensativo. Pero después realizó la conclusión y dijo:
-Sí-,pero no puedo entrenarlos hoy. Está anocheciendo y este templo es muy inseguro. Tendrán que venir temprano mañana.
Los 4 caballeros asintieron y volvieron a donde estaban charlando. Estaban por comenzar la más dura prueba: sobrevivir durante el viaje de las 12 casas. Continuará… otra vez