viernes, 31 de agosto de 2012

Punto de vista: El sable corbo de San Martín



  •   El sable 


                       Hola soy el sable de el General San Martin me distingo por mis severas lineas ,como sencillez,tanto mi empuñadura como de mi vaina, soy carente  de oro arabescos y piedras preciosas. Mi largo total es de 0,95 mts y el de la hoja es de 0,82 mts. El peso de mi vaina es de casi 700 grs y yo peso 900 gramos  Mi empeñadura es de ébano. Soy de origen persa y me llevaron a Londres para que me vendan.El General Don José de San Martin me compró usado, antes de dejar España para embarcarse a America, su tierra natal


                       Tuve  muchas experiencias con el General, pero, tuve una que nunca voy a olvidar...Recuerdo que yo estaba descansando y San Martin estaba armando los planes para poder cruzar al Alto Perú exitosamente. Luego empezó a armar su ejercito. Despues de un largo tiempo, llego el gran día tan esperado por todo el mundo, yo, San Martin, Remedios de Escalada y los soldados. Empezamos nuestra expedición rumbo a Mendoza. En Mendoza las damas mendocinas confeccionaron la Bandera del Cruce de los Andes, mi mejor amiga, en toda esta expedición. Esto lo recuerdo como si  hubiese sido ayer... Y bueno, quien se va a olvidar de una aventura tan grande???

                      Un día cuando estabamos acampando en la cordillera recuerdo que mi amiga la bandera, estaba descansando, y vino un realista a atacar!!! Yo le avisé y ella inmediatamente empezó a flamear más fuerte que nunca y Don José sale, a ver que estaba pasando y ve al realista. Entonces me toma a mi y con mucha valentía, de parte de los 2, matamos al realista. Obviamente tuve que darme un baño. También me acuerdo que estábamos avanzando y Bayo, el caballo de San Martín, estaba nervioso porque no sabia cómo actuar al momento de la batalla y yo le dije que no se preocupara que obedeciera  las órdenes.

                        Pero lo que más queda en mi memoria es el momento cuando estabamos en la batalla de Chacabuco contra los realistas e íbamos avanzando galopando más rápido que nunca y de repente le grito a mí amigo el caballo que galopara más rapido que atacaríamos a un soldado realista. Finalmente no matamos a uno si no que a un montón, tantos que no recuerdo cuantos fueron exactamente. Todavía siento en mi puño, la mano firme del General.
                       Algo que nunca voy a olvidar es que nunca dejé de seguir mi sueño. Que era estar en una guerra por la independencia y con un General tan valiente y bueno como Don José de San Martín.
                       NUNCA DEBES QUE DEJAR DE SEGUIR TUS SUEÑOS!!!

Por Julieta Olascoaga 5to A

 

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