La directora rara
Había una vez, en un lugar muy lejano, una directora que era muy rara, tenía los ojos muy separados, parecía que miraba hacia los costados. Tan pero tan rara que un día de primavera se convirtió en un gorila muy negro, muy loco y muy pero muy pesado. Los alumnos se asustaron y se encerraron en las aulas.
Fue al quiosco del colegio y se comió 10 pebetes, 85 pizzas y 266 medialunas. Como quedó con mucha sed fue al laboratorio y se tomó un experimento que los chicos habían estado haciendo en unos tubos de ensayo. Un líquido muy oloroso. Al beberlo se convirtió nuevamente en directora. Por supuesto, con todo lo que había comido, había engordado un montón. Cuando le preguntaron qué le había ocurrido, se dieron cuenta que tenía amnesia. Tenía cara de mareada. Tuvieron que mostrarle todo el colegio, los chicos, las maestras, los padres, las secretarias, hasta decirle su propio nombre para que recordara todo.
Fin del cuento.
Álvaro Antonacci 5to A
Jajajajaja, muy gracioso!!!! A seguir con tus escritos Álvaro!!
ResponderEliminar¡En un colegio de Salta pasó lo mismo! Pero en vez de a una directora, le pasó a una preceptora. Por suerte, ahora está lo más bien, aunque a veces gruñe y se babea un poco. Felicitaciones!
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