martes, 11 de octubre de 2011

Una de golfistas parte 4

La vida de nuestra hija
                                            Como les conté  en el capítulo anterior, nos casamos y  además...matamos a algunos ninjas. En nuestra luna de miel en la luna, evitamos varios contrabandos de Rusia con China de bombas atómicas, armas nucleares, etc.
Después de eso...
                    Tuvimos una hija y la llamamos Jazmín, como la flor. Después de unos 14 años Jazmín empezó a cambiar de una niña dulce, agradable y cariñosa; a una chica desagradable, que se molestaba cuando le dábamos cariño y era muy desobediente.
                     Mi hija se había ido a una fiesta  y no me había avisado ni a mí ni a Marisol. En la fiesta había personas que ella no conocía, pero las amigas dijeron que se acercase porque ellas sí las conocían.
                       Un chico llamado Jonathan Alerret, el hijo de Valentín Alerret,  le dijo que lo acompañara a un balcón de una casa que estaba enfrente. Después cuando llegaron se encontró con que había dos hombres fumando. Por eso Jazmín preguntó quiénes eran.  Jonathan le respondió que eran unos hombres que lo protegían  a cambio de que él les diera a algunas personas (chicas) usarlas al servicio en su organización dirigida por su padre.

Cerca pero muy lejos del objetivo... encontrar
a nuestra hija.  Les pido a todos ayuda. Marisol

                      Jazmín al darse cuenta del peligro en el que estaba, se asustó y golpeó a Jonathan, intentó correr pero... era demasiado tarde. Los dos hombres la agarraron y Jonathan la amenazó, sacó un arma y le apuntó en la cabeza.
 - No quiero dispararte, ¿por qué no cooperas?- le dijo Johnny a mi hija.
- No voy a cooperar porque de todas formas me mataran tarde o temprano- le respondió mi hija.
- Pero si no peleas y no te resistís te mataran esta tarde, hauuahaha- se rió burlándose de ella con una de esas típicas risas de los malvados de las películas.
                                Mi hija lo miró con cara de desprecio y lo escupió (niños que lean esto: no lo hagan en el colegio si la maestra está mirando o su madre)
                              Los hombres quisieron golpearla a mi hija en la nuca para que se durmiera pero Jazmín que ha heredado muchas cosas de mí entre ellas la fuerza y la habilidad de esquivar esos golpes, pero a su vez ha heredado de su madre el dar muy buenos golpes y  enorme elasticidad, aprovechó una leve distracción de sus captores. Los dos hombres  no pudieron dormirla tan fácil, hizo muchos esfuerzos para zafarse, pero al final la desmayaron, la metieron en una limosina y se la llevaron a su organización. 
Continuará...
Agustín Michia


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