Érase una vez… un hombre llamado Vicente, era egoísta, obeso, calvo, petiso y muy pero muy ambicioso.
Él trabajaba en una gran empresa llamada “Youko-kouyo company”, como gerente. Esa gran empresa trataba asuntos de magia, pertenecía a un mago anciano llamado “Magic-kouyo” y había pertenecido antes a su padre ya fallecido “Magic-youko”.
Pero… un día muy, muy triste para la companía Kouyo murió. Y apenas salió la noticia Vicente saltó de la alegría porque el cargo lo heredaría él.
El nuevo jefe de la compañía era Vicente ¿casualidad? No, él había envenenado la comida del pobre Kouyo, con una poción llamada “Muerte Instantánea”.
La empresa cambio mucho. Los uniformes coloridos, se volvieron trajes grises y aburridos. Las pócimas mágicas, antes hechas a mano se empezaron a fabricar con máquinas. Todo había cambiado y los empleados se decían unos a otros: ¿Qué haremos? ¿Nos despedirán?
Y un compañero comento: ¿Qué se supone que hagamos? ¿ Haremos una poción que convierta al malvado de Vicente en un animal? No lo creo aquí ya no servimos nos despedirán e iremos a la bancarrota con nuestras familias.
El empleado más joven tenía 17 años y escuchaba muy atentamente a su compañero de trabajo y el pensó ¿Una poción que convierta al jefe en un animal?...
Pasaron los días, los días se hicieron semanas, las semanas se hicieron meses, los meses se hicieron años, no chiste solo pasaron tres días. Mientras el jefe pensaba como decirles a todos que los iba a despedir. Michael (el empleado más joven) arrojó la poción que había creado sobre su cabeza, Michael les dijo a sus compañeros:
- Oigan, tranquilos. Le arrojé una poción de muerte instantánea que creé en su cabeza para que no nos despidiera.
Todos enojados con Michael y felices también con él no sabían si festejar o retarlo. Todos se quedaron con la boca abierta, cuando fueron corriendo a la oficina de Vicente nada mas estaba su ropa! Y él puesto ascendió a un empleado ya que Vicente estaba muerto.
Todos en la calle gritaban jajaja miren el pingüinito que lindo. Misteriosamente, después de la muerte de Vicente había aparecido por la fábrica un pingüino!!! Era un pingüino con unas plumas brillantes de colores blanco y negro, un pico naranja y ojos marrones. Aunque apestaba un poco a pescado muerto; desde mi punto de vista, era hermoso y esponjoso.
El pingüino muy confiado caminaba por la calle como si fuera un humano. Todas las personas lo miraban y reían y él se preguntaba ¿Qué sucede? ¿Qué tengo? Y seguía su camino. Resulta que Michael en vez de matar a Vicente lo había convertido en un pingüino!.
Cuando Vicente llegó a la casa, intentó abrir la puerta, no pudo. Se preguntó por qué ya no llego al picaporte. Saltando se raspó la mano y cuando se fijó de que tamaño era el raspón vio que en vez de manos tenía aletas! Desesperado buscó la primer cosa en la que se pudiera reflejar y fue directo a un charco.
Pensó, estoy soñando y se dio un pellizcón y se dio cuenta de que no era un sueño. El vecino escuchaba muchos gritos de animal y cuando se asomó por la ventana dijo:
- ¿Qué es ésto? No, no puede ser un pingüino en “Nueva York!”.
Desesperado llamo a control animal y le dijo:
Si hola usted ha llamado a control animal. Si acaba de ver la película King Kong no es real, no se asuste. Si hay un animal cerca de usted y no es doméstico toque 1.
El vecino tocó 1,1,1,1,1,1,1 tantas veces que al final lo atendieron.
-Si hola –hoo hoool hhholaaa -si
-Hay un pingüino suelto en mi calle!
-Vamos para allá. Y cortó.
A los 3 minutos llegaron con redes, Vicente desesperado corrió pero sus patitas no fueron suficientemente rápidas y lo atraparon. Lo llevaron al acuario “SPLASH”, como una atracción llamada Finlandia.
Él superaba a los demás pingüinos por su inteligencia superior y se lucía frente a los humanos.
Vicente fue trasladado al acuario de La Antártida, con los mejores pingüinos. Él no quería estar allí Sabía que vivía en Estados Unidos, más precisamente en la ciudad de Nueva York. Y entonces se empezó a pelear con los demás pingüinos. Los del acuario se dieron cuenta de que él quería volver a su patria; entonces lo mandaron de vuelta al acuario “SPLASH” y se seguía luciendo con los humanos.
Luego de 7 meses Vicente ya era conocido por todo el mundo sólo que lo reconocían como Finlandia el pingüino feliz.
En un año ya hacia giras y él ya no estaba muy triste por ser pingüino; lo disfrutaba.
Una noche de domingo el acuario había cerrado pero su pecera no, entonces Vicente se escabullo por encima de la pecera y se fue a su antiguo negocio. Se metió a la bodega y bebió una poción que decía: “si animal ya no quiere ser, humano podrá ser” y el la bebió y de a poco su pelaje empezó a cambiar, sus aletas se hicieron manos, sus patas se hicieron pies y sus piernas se alargaron.
Cuando se miró al espejo era un humano de vuelta. De la alegría gritó con un fuerte WOOOHOOO y las alarmas empezaron a sonar el sin miedo. Salió y cuando llegó el nuevo jefe dijo:
- Ellos, ellos me hicieron un pingüino y me sacaron el puesto. Me hicieron pasar como muerto! Y la policía se los llevó a Michael y sus cómplices a la cárcel.
Vicente aprendió a no ser egoísta y malo con los demás. Ahora es el dueño de “Youko-kouyo company” y la volvió a la normalidad.
FIN.
Felipe Otero Gasquet 6º año.
que bueno
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