Cuenta la leyenda que un hombre que trabajaba en el exterior, que vivía en la capital de Formosa y se iba al exterior cada fin de semana, tuvo una extraña experiencia.
Una mañana de verano, el hombre había vuelto a Formosa para descansar en su hotel de lujo. Unos minutos después de que entrara a su cuarto, vio que un perro con una actitud muy extraña estaba en su cama, ese perro era un Beagle.
En un minuto pensó el hombre que por ahí era un regalo de algún amigo o pariente, pero nadie le había dejado ni una tarjeta, ni una explicación del cómo había ingresado el perro al hotel. Como el perro no dejaba de mirarlo le dio de comer parte de su propia cena y luego el perro desapareció.
Al día siguiente el mismo perro con la cabeza gacha y moviendo tímidamente la cola apareció misteriosamente en su casa, entonces el hombre ya algo encariñado con el animal decidió volver a darle de comer. Lo mismo pasó durante varios días, pensó en adoptarlo y ponerle nombre y collar pero el perro volvió a desaparecer. Luego de que el perro se fuera, el hombre le preguntó al vecino si ese perro era suyo, ya que no se aquerenciaba a su nuevo hogar a pesar del buen trato que le daba, pero el vecino le dijo que no.
Entonces el vecino lo invitó a pasar y le explicó que cada septiembre, más precisamente desde el 8 de septiembre, un perro muy extraño y de la raza beagle escogía un cuarto y al hombre de ese cuarto, raramente le daban ganas de darle de comer y se encariñaba con el animal, después sus parientes lo buscaban y nunca más lo encontraban.
El dueño del hotel, alarmado salió corriendo y cuando llegó a su casa vio al mismo perro, al Beagle con sus manchas tricolor volando etéreo como un espíritu. En un segundo se desmayó y el perro se metió su cuerpo y luego nadie supo nunca más que sucedió…
el perro voladorr
ResponderEliminaresta bueno
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