El águila de Roberto

Roberto y su águila

 Si yo fuera un animal sería un águila para volar  por las montañas y ser libre.

                      Una vez, hace 10 años o más, en Bella Vista, un chico llamado Roberto consiguió un águila y la llevó al colegio. Ahora te cuento la historia,…pero esperá que me tome un mate. (10 minutos después). Ahhhhhhhh qué rico, bueno ahora te la cuento, ¿estás ahí?

                      Un día en los años 90 aproximadamente, en un colegio de Bella Vista, un águila, se metió en el aula. Un chico, que como tenía muchos pájaros en su casa, sabía cómo manejarla, la agarró. Lo hizo de esta manera: la dejó posarse en su brazo y la llevó a su casa. Cuando la mamá la vio, frunció las cejas, pero al ver a su hijo tan contento lo dejó tenerla. (No sé en realidad cómo ni por qué la convenció) .

                          Después de varios días decidió ir al colegio con el águila y la dejó volar libremente porque sabía que siempre volvería con él, así se lo había enseñado. Al ver a tanta gente, tantos chicos gritando; el águila empezó a dar vueltas y se puso como loca. Llamaron a un veterinario que trajo dardos tranquilizantes. Pero se confundió: la dosis o el remedio no eran los correctos.

                        La cuestión es que el águila enloqueció y se golpeó contra  los vidrios de la ventana de la clase. El águila quedó malherida y Roberto se puso a llorar. El águila por momentos parecía volver a la vida pero luego murió. Con sus lágrimas baño al águila y al tocar los ojos del ave fallecida, ésta los abrió y entonces sorpresivamente revivió.

                      Cada tanto, cuenta Roberto que se pone medio loca y se da contra las puertas, pero la verdad es que vivieron muy felices.

Fin

Pedro Rossi