Entre buenos y malos
En un pequeño vecindario vivía un niño pobre llamado Pedro. Unos secuestradores lo tenían trabajando en un tren que quedaba cerca, vendiendo estampillas y cartas. Sus padres habían fallecido por viejos, pero ellos no eran lo que parecían. El padre de Pedro vendía DVDs piratas y su mamá hacía documentos falsos.
Pedro se quedó en su casa con sus dos hermanos los cuales lo seguían buscando. Eran mayores, el menor de ellos, se llevaba muy bien con Pedro y se llamaba Juan de 19, la más grande era Josefina tenía 21años.
A Pedro, un día después del fallecimiento de sus padres, entraron a la casa, golpearon a sus hermanos Josefina y Juan y se lo llevaron.
Los secuestradores trabajaban en equipo y había uno de ellos en cada vagón, menos en uno.
Un día en el tren, Pedro vio a una pareja de ancianos ciegos que tocaban el acordeón y en sus manos tenían una lata en la que la gente ponía monedas. Pedro solo tenía en el bolsillo 3$ que había ganado por vender estampillas, pero no dudó y se los dio a los ancianos. No había ladrones allí así que no lo vieron. Los ayudó a pasar por los vagones y a caminar ya que algunos de sus captores se había dormido. Pedro estaba triste por fuera, pero su corazón era humilde y bueno.
Cuando se bajó de la estación, uno de los secuestradores lo agarró de la mano y se lo llevó rápido a su escondite. Lo encerró en una pequeña habitación. Al otro día, lo mandaron a otro tren. Allí había mucha gente profesional e importante como doctores, administradores, empresarios, ingenieros y demás. En uno de los asientos había una señora divorciada, eso se podía notar porque hablaba por teléfono de ese tema. Tenía una voz angelical y debía ser de unos 30 años. Ella tenía un corazón humilde como el de Pedro; y le compró una estampilla.
-Hola niñito, ¿Cómo te llamas?- le preguntó señora. Pedro… - - Yo me llamo Luisana Álvarez Roldan. ¿Dónde están tus padres?- y Pedro le contó todo lo que le había pasado en su vida y Luisana lo quiso ayudar. Tuvo una gran idea, en ese vagón no había ningún ladrón entonces al llegar a la estación Pedro se puso una campera larga hasta sus pies y un sombrero enorme para que no lo reconocieran y funcionó. Nadie se dio cuenta y Luisana lo llevó a su casa con sus otros dos hijos.
Luego llamaron a sus hermanos y les dijeron que Pedro estaba bien, que lo cuidaba una señora que lo había ayudadi a escapar de los malos.
Los hermanos fueron enseguida a ver a Pedro, y ellos también se quedaron a vivir con Luisana. Ellos como ya tenían trabajo también ayudaban en la casa y compartían el dinero que ganaban. Pedro estaba muy feliz de su nueva vida, se mudaron a una casa que quedaba lejos de donde estaban los ladrones y Pedro fue a una escuela donde tuvieron muchos amigos junto con sus nuevos hermanos Javier y Candela. Luisana reconcilió con su marido y vivieron felices por siempre.
Flor D.G. 6to
flor, qué puedo decirte...tu historia es muy conmovedora. Gracias por compartirla con nosotros!!
ResponderEliminarque linda flor
ResponderEliminaresta muy buena!... de rochi de 5° "a"
ResponderEliminares genial!!!
ResponderEliminarQUE HERMOSA HISTORIA FLOR! ME ENCANTO. TE FELICITO. MAMI.
ResponderEliminarmuy genial,mi apellido!!
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